
También estuve esa noche en el Pascual alentando al ROJO,
recuerdo el sufrimiento que sentí, cuando el tigre se comió ese penalti y “la
mechita” descendió, no lo podía creer, sentía mucha ira y, a pesar de esto, no
cometí ningún acto anticultural. Comprendo el dolor y la ira de la hinchada,
pero lo que hicieron no era necesario, lo único que provocaron fue dejar a la
hinchada como unos vándalos.

Comparto el sentimiento de defender los colores, pero ese
día no era necesario, simplemente dejaron mal la reputación del equipo y así
mismo la de su gente, es cuestión de actuar responsablemente para el bien del
equipo y nosotros como hinchada.
Por: Sebastián López A.
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